Numerosos inmigrantes, en su mayoría latinoamericanos, protagonizan una pequeña revolución religiosa en países como España: de su mano, la presencia de las iglesias evangélicas se ha multiplicado. Pedro Tarquis, portavoz de la Alianza Evangélica Española, sostiene que su pertenencia a una Iglesia es un factor que facilita la integración. "Están más centrados, buscan trabajo con más empeño y tienen como objetivo el bienestar del hogar y, en especial, de los hijos".
"El índice de maltrato doméstico es sensiblemente inferior entre los evangélicos, tanto en las sociedades de acogida como en las de origen. Y la tasa de alcoholismo también es menor", señala.
Davide Cantoni no oculta que Latinoamérica -un continente tradicionalmente católico con un índice de penetración de las Iglesias protestantes entre el 20% y el 40%, según el Observatorio de La Paz- "es un importante laboratorio social".
"La expansión del protestantismo, especialmente el de tipo evangélico, en Latinoamérica es un fenómeno muy interesante, y es cierto que hay señales de que la gente que se convierte al protestantismo es también ambiciosa, trabajadora y con mayor capacidad de movilidad social", expone este doctorando de Harvard. "No obstante, debemos evitar las correlaciones del tipo: 'la mayoría de los protestantes latinoamericanos son muy trabajadores y tienen un fuerte sentido de la moral'. Porque la clave es: ¿son laboriosos y morales porque son protestantes o, al revés, escogen convertirse al protestantismo solo porque saben que el protestantismo es acorde con una actitud laboriosa y moral?".
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