El Vaticano criticó duramente al gobierno de Nicolas Sarkozy por expulsar a cientos de gitanos que vivían en forma irregular en Francia, donde crece la xenofobia y el rechazo a los inmigrantes.
"El gobierno francés debe recordar que la Unión Europea prohíbe las expulsiones colectivas y dice que si no hay un grave peligro para la seguridad no puede haber expulsión", dijo el cardenal Agostino Marchetto, secretario del Pontificio Consejo para los Migrantes y los Intinerantes.
Según el purpurado, "hay que destacar que las expulsiones nunca pueden ser colectivas según el ordenamiento europeo".
El gobierno francés anunció que expulsará a Rumania y Bulgaria a unos 850 rumanos que viven en Francia en forma irregular. El jueves partió el primer continente, 89 personas en total, 61 desde Lyon, en el este del país, y 25 desde París.
El ministro de Inmigración, Eric Besson, anunció la partida forzada de otros 139 gitanos hacia a Rumania y Bulgaria, en base a la fórmula bautizada eufemísticamente "regreso voluntario". El tercer regreso colectivo está previsto para el 26 de agosto.
El cardenal Marchetto destacó que, al evaluar la situación de los inmigrantes, "naturalmente hay una estimación de la seguridad", pero "cuando se aprieta el acelerador en este tema es porque se quiere crear una cierta opinión pública".
"En todo caso, este desmantelamiento de los campos, desde comienzos de agosto, creó seguramente una situación de falta de libertad", agregó.
Marchetto recordó que "en Francia existe una legislación que obliga a las comunas que superan los 5.000 habitantes a crear zonas protegidas a disposición de lo que ellos llaman ’gente en tránsito’, y nosotros ’gitanos’".
"Es decir que Francia misma se encuentra con que no respeta una ley creada para proteger a estas personas y para que no haya campamentos ilegales", subrayó.
Al recordar que desde el jueves miles de gitanos se dirigen a Lourdes, para su peregrinaje anual, el cardenal dijo que "la cuestión de los gitanos es grave para Europa, porque se trata del más numeroso grupo minoritario del continente".
"Son el menos 12 millones de personas, entre ellas 5 millones de niños, que deberían ir a la escuela. Es una realidad importante para la Europa de hoy y de mañana", agregó.
Por su parte, el ministro rumano de la Solidaridad Social, Valentin Mocanu, entrevistado por el diario Le Parisien, dijo que las expulsiones colectivas de gitanos "ofrecen una mala imagen de Francia y son contrarias a su tradición".
"Tengo la sensación de que se está estigmatizando a un grupo y no me atrevo a pensar que París quiera voluntariamente dar esta imagen. Estoy en particular impresionado de que la población local apoye estas acciones contra gitanos", agregó.
Analistas consideran que Sarkozy, que enfrenta acusaciones de corrupción y divisiones en su base electoral por cuestiones económicas, apunta al tema de la inseguridad y los extranjeros con un ojo en las encuestas para las elecciones de 2012.
Estos resultados confirman que en un país tradicionalmente tierra de asilo, el mismo que produjo la Declaración de los Derechos del Hombre, crece exponencialmente la xenofobia,.
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