De continuar la emigración masiva de puertorriqueños y el acelerado envejecimiento de la población, en un futuro no muy lejano el Gobierno tendrá que pagarle a inmigrantes para que vengan a trabajar aquí y sostengan a los habitantes locales, advirtió ayer el director de la Escuela Graduada de Planificación de la Universidad de Puerto Rico, Elías Gutiérrez.
Esta práctica, agregó, ya se evalúa en varias naciones de Europa Occidental, consideradas de primer mundo. En estos países las tasas de nacimiento son bajas y la población es vieja.
“Puerto Rico tendrá que competir para atraer inmigrantes”, expuso.
Comentó que la tendencia demográfica actual fomenta la dependencia, tanto de la población que es mantenida por la fuerza laboral como la de los que no trabajan y viven de los subsidios estatales y/o federales.
“A eso se le suma el agravante de que el País no genera la producción necesaria para sostener esos niveles de dependencia. Eso es igual a empobrecimiento. Se menoscaba la riqueza y la capacidad de producción. Puerto Rico va dirigido a convertirse en un gueto de viejos pobres”, dijo Gutiérrez.
Señaló que la tendencia demográfica actual, además, condena a los puertorriqueños a un estándar de vida inferior, sobre todo a los viejos.
“No hay infraestructura de cuido para los viejos. Los planes de salud bregan con la enfermedad, no con la persona. Eso no permite ahorrar recursos”, afirmó Gutiérrez, quien reconoció, al mismo tiempo, que el Estado no cuenta con el capital necesario para reorganizar el sistema de salud.
Igualmente, los sistemas de retiro del País “están en la insolvencia” y no pueden sostener a los viejos.
Fenómeno mundial
Mientras, el economista Juan Castañer, de la firma Estudios Técnicos, indicó que el envejecimiento de la población es un fenómeno mundial.
“Incluso, se está dando en economías en desarrollo”, expresó.
Castañer no se aventuró a indicar si la población puertorriqueña ha reducido “en términos absolutos” si se compara con la de hace 10 años.
Sin embargo, reconoció que uno de los factores que está reduciendo la tasa de nacimientos es la alta mortalidad de la población entre 14 y 21 años.
“Esta población figura bastante entre los asesinatos. Es una población que no crece y tiene problemas de productividad y producción”, dijo.
La merma en esta población joven, señaló Castañer, puede ser compensada por los inmigrantes, sobre todo los que están en edad fértil. “Puede ser una aportación positiva a la economía siempre y cuando sea para mantener un buen estilo de vida”, acotó.
El experto coincidió con Gutiérrez en que la población de envejecientes en Puerto Rico requiere de más servicios médicos y de alojamiento.
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