La inseguridad alimentaria y la violencia son los
principales detonadores de las migraciones en El Salvador, Guatemala y
Honduras, dijo en una entrevista con Efe el jefe de la misión de la Organización
Internacional para las Migraciones (OIM), Jorge Peraza.
"Sin duda son factores que, a la hora de que una familia o una
persona decide migrar, están a la cabeza", sentenció el
representante de la OIM para el Triángulo Norte de Centroamérica.
Estas afirmaciones surgen a raíz de un estudio
"exploratorio" realizado por el OIM y el Programa Mundial de
Alimentos (PMA), que trata de encontrar los "vínculos ocultos" entre
la inseguridad alimentaria, la violencia y la migración en la
referida región.
A priori, Peraza señaló que la incidencia de estos dos fenómenos es
"diferente" en estos países.
"El tema de la seguridad alimentaria uno lo ve en el mapa de los
tres países y son ciertas áreas (las afectadas), que generalmente no coincidencon
las de más violencia", explicó.
Una de las principales conclusiones del referido estudio es que "hay
una relación comprobada entre la (in)seguridad alimentaria y la migración,
en especial; la migración y la violencia; y en menor grado, entre
la (in)seguridad alimentaria y la violencia".
El representante de la OIM agregó que, en el caso de la inseguridad
alimentaria, la sequía que ha afectado a la región en los últimos meses
y la "ciclicidad" de este tipo de fenómenos
"debilitan" las "estrategias desobrevivencia" de las
familias y las orillan a ver la migración internacional como una
"alternativa".
Datos recientes del PMA detallan que Centroamérica verá disminuidos este
año, en aproximadamente un 60 %, los cultivos de maíz, y hasta en un 80
% los de fríjol, por la prolongada sequía.
"Podemos afirmar claramente que impactan las sequías, su
ciclicidad, en los procesos de migración", detalló Peraza.
Sostuvo que de los tres países que conforman el Triángulo Norte de
Centroamérica, El Salvador es el más vulnerable a los efectos de estas
sequías que pueden desembocar en la salida de más personas.
"El Salvador tiene un mayor nivel de vulnerabilidad en esta
ciclicidad de las sequías, de tener que recurrir a la migración como
mecanismo de sobrevivencia para las poblaciones", explicó.
Dijo que lo anterior se debe primordialmente al tamaño de su territorio,
porque Honduras y Guatemala poseen una mayor extensión geográfica y
las personas pueden optar por movilizarse internamente.
"En Guatemala, la gente que vive en las zonas afectadas por la
sequía se puede desplazar a otros departamentos; lo mismo sucede con
Honduras, además (estos países) tienen una menor densidad
demográfica", añadió.
Peraza también hizo notar que "existe una tendencia muy clara"
de una mayor "participación" de las mujeres, niños y
adolescentes en las migraciones, "principalmente en los últimos 2
años".
"Cabe decir que, como producto del estrés que se pone sobre las
estrategias de sobrevivencia de las familias y al irse agotando los recursos
con los que ellos cuentan, recurren más personas a los procesos
migratorios y esto incluye la participación de más mujeres", señaló.
Destacó que una apuesta de los Estados puede ser educar a las
familias de las zonas rurales, que ya tienen familiares viviendo en el
exterior y que les envían dinero, en la utilización de las remesas para
proyectos deadaptación y resiliencia contra fenómenos climáticos
severos.
"El Salvador tuvo experimentos interesantes sobre el uso
estratégico de remesas y creo que valdría la pena reconsiderarlos",
porque "la conciencia está encaminada a cómo ayudar a las familias a hacer
un uso menos suntuoso y más racional", expuso.
Según Peraza, los efectos de la sequía afectan principalmente las zonas
rurales de estos tres países y la migración a causa de este fenómenopuede
llevar a las personas a establecerse en zonas con mayores índices de violencia.
"Puede ser que mucha gente decida venirse a San Salvador, pero acá
sí hay un factor violencia y puede que no logren ubicarse en un barrio donde
se sientan seguros y entonces opten por la migración internacional",
ejemplificó.
Añadió que es probable que "en el campo el índice de migración por
inseguridad alimentaria sea mayor, y en la ciudad por la violencia", y que
estos factores "van a tener un peso diferente en las zonas
rurales, zonas urbanas y zonas transfronterizas".
Destacó a estas últimas porque, a pesar de encontrarse en regiones
mayoritariamente rurales, en las mismas se puede dar "una mayor
incidencia del crimen trasnacional" y "puede ser que el tema
de las maraspierda relevancia".
Diferentes sectores han señalado en varias ocasiones que el Triángulo
Norte es un corredor para la droga hacia los Estados Unidos y que los
cárteles utilizan a las pandillas como seguridad para resguardar el paso de sus
cargamentos.
También, esta zona ha sido considerada como "la más
mortífera del mundo" por sus altos índices de homicidios, que superan
incluso a los de regiones en guerra.
A pesar de la gran influencia de la inseguridad alimentaria y la
violencia en las migraciones, Peraza advierte de que no son los únicos
factores y que la inclusión de otros "vuelve más complejo el
entendimiento" del fenómeno.
Datos oficiales de los tres países en mención
detallan que hasta el 31 de agosto han sido repatriadas 125.561
personas, de este total 71.945 eran de Guatemala, 34.575 de El salvador y
19.041 de Honduras.
Agencia Efe
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