quinta-feira, 7 de abril de 2011

Trabajo infantil e inmigrantes bolivianos



Migrantes bolivianos, incluidos niños, fueron encontrados trabajando en condiciones de esclavitud en fincas de florihorticultura, ubicadas en las afueras de Mar del Plata, Argentina.

Trescientos efectivos de la Gendarmería Nacional argentina realizaron allanamientos judiciales atendiendo una denuncia por explotación infantil y esclava en tres fincas ubicadas en Batán, en las afueras de la ciudad de Mar del Plata, que fue formulada por la Fundación Alameda, luego de una investigación de varios meses.

Según la denuncia presentada el pasado 18 de enero ante la Fiscalía General, y que está documentada por videos que fueron grabados con cámaras ocultas y testimonios con identidad reservada, varias fincas de florihorticultura “son verdaderos campos de concentración totalmente cerrados al exterior”.

En esas fincas, destaca la demanda penal presentada por la Fundación La Alameda, es usual “la incorporación de personal de nacionalidad boliviana”, que además no se da de manera espontáneamente, “sino mediante reclutadores o conocidos directos”.

Gustavo Vera, titular de dicha Fundación, explica en la denuncia presentada ante las autoridades judiciales argentinas que, para verificar las condiciones de esclavitud en las que trabajan los migrantes bolivianos se tuvo que ingresar a las fincas con un grupo de voluntarios disfrazados de Reyes Magos.

Dicha incursión ocurrió el sábado 8 de enero, fecha en la que “se rompió el cerco de la esclavitud cuando varios militantes de la Alameda acompañados por el grupo de Apoyo de Madres de Plaza de Mayo e Hijos de Mar del Plata se camuflaron de Reyes Magos.

Tuvieron que avisar primero a la comisaría 8ª de Batán para no levantar sospechas. La excusa fue que eran de un grupo de voluntarios que acercaba juguetes para los niños en ocasión del día de reyes. En la seccional policial se consultó dónde se encontraban los chicos y estos mismos efectivos orientaron a los “voluntarios” hacia las fincas con explotación infantil”.

La camuflada incursión que se verificó hace ya tres meses, está registrada en un video que fue difundido a los medios de comunicación y en que se demuestra que es habitual el trabajo de niños de 6 a 11 años en las cosechas de morrón, tomate y frutilla.

En el registro documental, todos los niños entrevistados reconocen que trabajan, y se incluyen “imágenes de las condiciones paupérrimas en las que se encuentran gran parte de los trabajadores, todos ellos migrantes bolivianos, incluso se ve a uno de los niños durmiendo en medio de las plantaciones, probablemente luego de haber trabajado a destajo”.

Un comunicado emitido por la Fundación La Alameda, explica que como consecuencia de su ardua investigación, las empresas denunciadas y allanadas por orden de la fiscalía Nº2, a cargo de Gustavo Rodríguez, son Compañía Frutihortícola S.A., Quinta Costa Mari y la Quinta Rueda.

Aunque la denuncia fue presentada en enero, los allanamientos demoraron debido a que el juez de turno solicitó que la investigación de la Fundación Alameda y las organizaciones de derechos humanos fuera ratificada por una investigación judicial. Entonces el fiscal federal convocó a efectivos de Gendarmería Nacional, quienes luego de dos meses de inteligencia, ratificaron ante la fiscalía lo que La Alameda había denunciado a principios de año. Esto llevó a que el actual juez involucrado en la causa, Rodolfo Pradas, otorgase los allanamientos a las fincas esclavistas y explotadoras de niños.

La denuncia presentada por la Fundación La Alameda, destaca que la Compañía Frutihortícola S.A., más conocida como “El Frutillar”, por malos tratos físicos y psicológicos. Los trabajadores están encerrados, y sólo pueden salir de los campos de la compañía en los festejos de carnaval durante el mes de marzo. Vecinos de la zona describieron al lugar como un verdadero campo de concentración.

Como dueño del lugar figura Andrés Moretti, y el capataz Hernán Arana. Se estima que en este lugar hay cientos de trabajadores de origen boliviano. A ellos se les retiene los documentos de identidad y todos viven en campamentos donde tienen casillas muy precarias. Varias fuentes informativas han denunciado la existencia de abuso sexual y maltrato en los terrenos de esta empresa.

Todo esta situación de esclavitud y explotación infantil ocurre a unos veinte kilómetros de la ciudad de Mar del Plata, en el Partido de General Pueyrredón, en el cordón Frutihortícola de Sierra de los Padres y Batán, zona considerada como uno de los centros de producción frutihortícola más importante del país, que distribuye su producción en el Mercado central y para la exportación.

Nenhum comentário:

Postar um comentário