Está disponible la investigación “El retorno de migrantes a la Comunidad Andina” que fue realizada por el Grupo de Investigación en Movilidad Humana liderado por William Mejía O y Yeim Castro. Este estudio se realizó a partir de la demanda de la Fundación ESPERANZA con la Red ALMA MATER, y contó con el apoyo de Unión Europea en el marco del proyecto Servicio Andino de Mugraciones, ejecutado por la misma Fundación, en alianza con la Comisión Andina de Juristas y el Capítulo Boliviano de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo.
El
estudio se presenta un diagnóstico de los procesos de Retorno en los Países
Miembros de la Comunidad Andina (CAN), con énfasis en los originados en Europa
y fundamentalmente en España. La información analizada corresponde, en lo
cuantitativo, a fuentes oficiales de los países de origen y destino, y en lo
cualitativo a lo reportado en 200 entrevistas realizadas, cara a cara, en
Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y España, Se realiza un análisis de las
políticas de retorno existentes en cada uno de los países andinos, de las
cifras sobre la magnitud que adquiere este fenómeno, de los hechos que impactan
el retorno de los ciudadanos andinos, de las principales motivaciones, y de la
realidad que viven estas personas luego de retornar.
Asimismo,
se examina la potencialidad que presentan los procesos de retorno para cada uno
de los países andinos haciendo énfasis en cuestiones más allá del plano
económico, así como se ofrecen algunas conclusiones y recomendaciones de
política pública teniendo en cuenta los análisis realizados.
Con
mirada de género
El
estudio contiene un capítulo especial sobre el retorno y su impacto en las
relaciones de género. Allí se muestra, en términos generales, que las mujeres
que retornan tienen una mayor autonomía y poder de decisión debido a las
experiencias en contextos socioculturales distintos y su inclusión al trabajo
remunerado, de manera que al disponer de recursos propios y aportar
económicamente al hogar, logran, con frecuencia, reducir la dependencia de la
pareja y el temor a su abandono, así como la revalorización de su papel al
interior del núcleo familiar.
Aunque
los cambios son valorados positivamente por las mujeres que regresan, la mayor
autonomía e independencia puede tropezar con la oposición familiar y social,
particularmente cuando el retorno se da a sociedades muy cerradas, campesinas o
pequeñas ciudades, donde tiende a juzgarse negativamente todo intento de romper
con los patrones de comportamiento establecidos.
En
este sentido se escucharon expresiones de rechazo a los cambios, llegando a
señalar a la migración femenina como responsable de rupturas de pareja, sin
considerar el trasfondo de ello, cuando pudo haber sido, apenas, la
circunstancia que puso en evidencia la naturaleza inconvenien- te de unas
relaciones, o proporcionó las condiciones para poder tomar decisiones
largamente anheladas.
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