segunda-feira, 5 de setembro de 2011

Las inmigrantes en Argentina cada vez son más


Este artículo publicado por la agencia argentina de noticias CNA muestra el incremento de la migración femenina en las últimas décadas en el país rioplatense, con cerca del 55 por ciento del total de inmigrantes.

El nacimiento de la Argentina moderna, allá por fines del siglo XIX, fue marcado en la era de grandes cambios, tanto políticos como sociales. Sin duda que uno de esos fenómenos fue el de la inmigración, que por esos años fue muy grande y que llevó a abarcar en un período determinado de nuestra historia a casi el 60% de la población que habitaba en territorio porteño y a casi el 30% de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.

Una de las características centrales que tuvo la inmigración en ese período fue el de poblar las tierras del país, que estaba inmensamente despoblado, y que poco a poco con la llegada del ferrocarril se fueron uniendo todos los puntos del país que hasta ese entonces se encontraban incomunicados y sin posibilidades de lograr un gran intercambio de mercancías.

Los derechos de los extranjeros en la Argentina están garantizados en el artículo 20 de la Constitución nacional, que dice “los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos civiles del ciudadano; pueden ejercer su industria, comercio y profesión; poseer bienes raíces, comprarlos y enajenarlos; navegar los ríos y costas; ejercer libremente su culto; testar y casarse conforme a las leyes. No están obligados a admitir la ciudadanía, ni a pagar contribuciones forzosas extraordinarias. Obtienen nacionalización residiendo dos años continuos en la Nación ; pero la autoridad puede acortar este término a favor del que lo solicite, alegando y probando servicios a la República ”.

En lo que respecta a los inmigrantes que se han radicado recientemente en la Argentina, el mayor número está compuesto por personas provenientes de países latinoamericanos, superando ampliamente a los de otros continentes como Europa y Asia, tal como sucedía en otros momentos. Se destacan las colectividades peruana y boliviana por ser las más numerosas, ocupando el tercer lugar la paraguaya.

Uno de los cambios significativos en las características de los inmigrantes regionales en la Argentina , además de su origen nacional, es la creciente participación femenina. La feminización de los flujos migratorios ha sido interpretada como parte de un proceso de cambio global que afectó las condiciones de vida de vastos sectores de la población en países en desarrollo. La problemática de las mujeres que migran internacionalmente, y que con frecuencia lo hacen en forma autónoma, se encuentra vinculada con las repercusiones de cambios ocurridos a nivel estructural tanto en las sociedades emisoras como en las receptoras.

En el caso de América Latina, los procesos de ajuste estructural y reestructuración económica han alterado la capacidad de sobrevivir de vastos sectores sociales. A lo largo de toda la región se incrementó la desigualdad social y en la mayoría de los países tuvo lugar un proceso de empobrecimiento y exclusión social de los sectores más desfavorecidos. Sin duda este proceso afectó las condiciones de vida de la población más vulnerable, es decir las mujeres y los niños. En este contexto, es posible entender a la migración en general y a la de las mujeres en particular como una estrategia adaptativa a estos cambios globales.

Un informe elaborado por el Análisis de la Situación de Población en la Argentina (ASP), realizado por un equipo de investigadores/as del Centro de Estudios de Población (CENEP) a solicitud del Fondo de población de las Naciones Unidas en Argentina (UNFPA), muestra como ha ido en aumento el proceso de feminización de la inmigración en la Argentina.

El UNFPA, es una agencia de cooperación internacional para el desarrollo que promueve el derecho de cada mujer, hombre y niño a disfrutar de una vida sana, con igualdad de oportunidades para todos. El UNFPA apoya a los países en la utilización de datos sociodemográficos para la formulación de políticas y programas de reducción de la pobreza, y para asegurar que todo embarazo sea deseado, todos los partos sean seguros, todos los jóvenes estén libres de VIH/SIDA y todas las niñas y mujeres sean tratadas con dignidad y respeto.

La experiencia migratoria, las condiciones de asentamiento en la sociedad de destino y las relaciones que se mantienen con los hogares de la sociedad de origen difieren para mujeres y varones. Las evidencias internacionales señalan que las mujeres son más proclives a permanecer en el país de destino una vez que emigraron y que ese fenómeno se da con mayor regularidad entre las que envían remesas.
En la Argentina , entre 1980 y 2001, las mujeres inmigrantes han pasado del 49,7 por ciento al 54,2 por ciento del total de inmigrantes. Su creciente representación en el stock de inmigrantes es el producto de dos fenómenos: un aumento generalizado en la proporción de mujeres en casi todos los colectivos de inmigrantes; y un crecimiento significativo de dos grupos de inmigrantes con mayor presencia femenina, los paraguayos y los peruanos.

Hay otras evidencias adicionales de este proceso de feminización de los flujos migratorios con mayor dinamismo en los últimos años. Así, por ejemplo, si bien entre los migrantes de Bolivia tradicionalmente predominó la migración familiar, en cohortes migratorias más recientes ha ido en aumento la representación femenina. De hecho, de los residentes actuales en la Argentina , entre quienes llegaron a lo largo de los años ochenta (1980-1989) el 48,4 por ciento son mujeres, mientras que entre quienes llegaron con posterioridad dicho porcentaje asciende al 53,3 por ciento.

En el caso de la migración paraguaya, la representación femenina en las distintas cohortes migratorias siempre superó con creces a la de los varones. Las mujeres representan el 58,8 por ciento entre quienes llegaron a la Argentina desde 1980 hasta 1989, y el 57,2 por ciento entre quienes arribaron entre 1990 y 2002-2003. El colectivo migratorio con mayor incidencia femenina es sin duda el de los peruanos. En 2001, casi seis de cada diez residentes peruanos en la Argentina eran mujeres, proporción que fue creciendo a lo largo del tiempo.

Un fenómeno que crece década a década y que marca cómo la mujer ha ido ganando espacios en algo que primeramente era terreno de los hombres que venían a probar suerte en la Argentina para después traer al resto de su familia a vivir a estas tierras, y que el paso del tiempo ha predeterminado grandes cambios también en la manera en que esta manifestación de la vida y de la sociedad se da en nuestro país.

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