Datos sobre
inmigración
§ En julio de 2014 había 4.538.503 de extranjeros en
España, un descenso del 10,53% respecto a enero de 2013,
cuando había5.072.680. Esas cifras no tienen en cuenta las
personas que poseen la doble nacionalidad.
§ Este descenso se ha producido por la emigración y la adquisición de
nacionalidad española.
§ Los ecuatorianos (187.025), los colombianos (154.320),
los bolivianos (109.596) y los peruanos (71.755) son
las principales comunidades latinoamericanas en España. Tampoco se tiene en
cuenta a las personas que poseen la doble nacionalidad.
§ Los rumanos (721.445) y los marroquíes (697.074) son
los principales extranjeros en el país y los que, en término absolutos, más han
emigrado. Sin embargo, los latinoamericanos son la mayoría en su conjunto y
también los que, en términos relativos, más han regresado a sus países de
origen. Durante el primer semestre de 2014, los mayores
descensos se dieron entre losperuanos (-14,8%), los bolivianos
(-14%) y los ecuatorianos (-12,6%), una tendencia que
no ha cambiado desde 2012.
§ Dado que no hay cifras absolutas, en el número de extranjeros retornados
no aparecen los que tienen doble nacionalidad.
§ La segunda generación de inmigrantes en España tiene en torno a 18 años.
§ El 77,7% de los que nacieron en España (hijos de padres
extranjeros) y el 22,1% de los que llegaron de otro país
decían sentirse españoles en 2008, porcentajes que, en 2012, se incrementaron
al 81% y al 43,6%.
§ El 77% de los padres inmigrantes aspiran a una
graduación universitaria para sus hijos. El 87,4% dijo estar
"muy satisfecho" con la educación de sus hijos en España y un 90,85% opina
que tendrán las mismas oportunidades de prosperar que los nativos.
Fuentes: Instituto Nacional de Estadística;
Informe Crecer en España: la
integración de los hijos de inmigrantes
Daniela Montes
suele definirse como “un bicho raro”. Nació en Barranquilla, en Colombia;
creció en Jerez de la Frontera, en Cádiz; y, a los 25 años, lleva cuatro
residiendo en Madrid. Estaba segura de que sus padres iban a envejecer
tranquilamente en España, pero la crisis ha resultado demasiado dura y no han
quedado alternativas. Su padre regresó a Colombia a principios de diciembre y,
en las próximas semanas, su madre también se volverá al país del que salieron
hace 15 años. Esta Navidad la ha pasado con ella en el piso donde vive, en
Atocha. No sabe cuándo volverá a verla. Aun así, no quiere marcharse. Prefiere
quedarse en España, aunque sea sola, con las “alas rotas”. Siempre lo tuvo
claro. Se siente española o, como puntualiza, “¡andaluza!”.
El
de Daniela no es un caso aislado. Por la crisis, miles de inmigrantes se han visto obligados a regresar a sus países de
origen tras años de duro trabajo. Los latinoamericanos, que representan la
mayoría de los más de 4,5 millones de extranjeros que viven en España (un
descenso del 10,5% desde enero de 2013, según el Instituto Nacional de Estadística,
que no tiene en cuenta los que poseen la doble nacionalidad) son también los
que más han retornado. Son sobre todo ecuatorianos, peruanos, colombianos,
dominicanos o bolivianos que, sin embargo, suelen encontrar dificultades a la
hora de convencer a sus hijos de que se tienen que marchar. Muchos de ellos
nacieron en España. Otros llegaron muy pequeños o adolescentes. Y al contrario
que sus padres, fueron criados y educados en el país que les acogió. “Han
compartido sus experiencias a lo largo de 10, 15 años, aquí en España. Como es
lógico, muchos se sienten más españoles”, sostiene Félix Arturo Chipoco, cónsul
de Perú en Madrid.
“Los
chavales no quieren cambiar de pandilla de amigos, de colegio y, mucho menos,
de país. Y si el retorno implica además peores condiciones de vida (peor
educación y sanidad, transporte público más caro o inexistente y más violencia
en las calles), la resistencia es aún mayor”, explica Carmen González,
investigadora de Demografía y Migraciones Internacionales del Real Instituto Elcano.
A menudo, los padres deciden quedarse en España por sus hijos. Otros se ven
obligados a regresar. “Cuando los jóvenes han nacido en España o llegaron muy pequeños,
no se habla de retorno al país de origen ni de reintegración, sino de
emigración y de una nueva integración social”, explica María Luz Valdivia,
presidenta de la Fundación Acobe, que auxilia en el proceso de retorno
voluntario.
Rosa
Aparicio, catedrática de Sociología de la Universidad Pontificia de Comillas e
investigadora del Instituto Universitario José Ortega y Gasset, sostiene que
“cuanto más tiempo pasan en el país, más aumenta el sentimiento de
pertenencia”. Esta experta es coautora del estudioCrecer en España: la integración de los hijos de
inmigrantes, que concluye que el 78,4% de la
segunda generación de inmigrantes (de cualquier nacionalidad) no han tenido problemas para integrarse.Pero pese al poco rechazo hacia la inmigración, el “gran reto” es la
falta de oportunidades de trabajo, ya que “la integración se produce sobre todo
a través del empleo cuando se es adulto”, explica González.
La
educación es uno de los factores más influyentes en el deseo de los jóvenes de
quedarse. La primera generación de inmigrantes, integrada sobre todo por
personas de origen más humilde, veía en España una oportunidad de encontrar
trabajo y lograr una mejor calidad de vida. La segunda espera que España les dé
mejores condiciones para formarse como profesionales. “Eso también es resultado
de las ambiciones de sus padres, que aspiran a que sus hijos les superen”,
explica Aparicio.
EL PAIS
Nenhum comentário:
Postar um comentário