Las mujeres
migrantes se enfrentan a una doble discriminación durante su trayecto, estancia
e incluso al retornar a sus comunidades de origen, dijo Axela Romero,
coordinadora del Centro de la Red Mesoamericana Mujer, Salud y Migración.
Entrevistada durante las mesas de trabajo que realizan 80 organizaciones civiles de México, Estados Unidos, Centroamérica y Canadá, agrupadas en el Colectivo Plan Nacional de Desarrollo-Migración (Colectivo PND-Desarrollo), la especialista explicó que se prepara una propuesta para incluir la perspectiva de género en el primer Programa Especial de Migración (PEM), elaborado por el Ejecutivo federal.
Axela Romero destacó que el PEM debe contar con un eje que incluya las necesidades específicas de las mujeres migrantes. Resaltó que ellas enfrentan una doble discriminación por la estigmatización de “abandonadoras” de sus familias y “promiscuas”, lo que limita su acceso a redes de protección, caso contrario al de los hombres, a quienes se les reconoce la travesía y se les mira como “héroes”, advirtió.
La también integrante de la agrupación civil Salud Integral para la Mujer (Sipam) dijo que aunque las migrantes ya radiquen en otro país, siguen ocupando los sectores más pobres de la población, sin prestaciones sociales, y destinando hasta el 80 por ciento de su ingreso a la familia de origen, dejando de lado su propio cuidado.
Incluso, señaló, aquellas que deciden regresar a sus comunidades sufren estigmatización, ya que son discriminadas por haber vivido solas y “sin control”.
En tanto, las mujeres que se quedan en el hogar, detalló Romero, aunque asumen la responsabilidad y toma de decisiones durante la ausencia del marido migrante, al regreso de éste vuelven a subordinarse.
Y las que están en condiciones de tránsito sólo sufren violencia por parte de las autoridades, la sociedad e incluso de otros migrantes.
Por separado, Zorayda Ávila, de la Red Mexicana de Líderes Migrantes y Organizaciones en Estados Unidos, indicó que las mujeres migrantes están expuestas a un doble abuso, explotación y no reconocimiento de sus derechos como vivienda, salud o descanso, a los cuales, afirmó, deben acceder aunque no cuenten con estancia legal.
Refirió que las mujeres que esperan las remesas del marido migrante también son controladas porque el dinero no les es enviado directamente a ellas, sino a través de la familia política.
Por ello, estas organizaciones al señalar la importancia del Programa Especial de Migración, con perspectiva de género, las organizaciones después de
Las organizaciones civiles anunciaron que entregarán al Instituto Nacional de Migración, y las secretarías de Hacienda y Crédito Público, Relaciones Exteriores, y del Trabajo y Previsión Social, sus propuestas para el PEM, y que buscarán compromisos puntuales con estas dependencias para garantizar los Derechos Humanos de la comunidad migrante.
13/LOA/RMB
Entrevistada durante las mesas de trabajo que realizan 80 organizaciones civiles de México, Estados Unidos, Centroamérica y Canadá, agrupadas en el Colectivo Plan Nacional de Desarrollo-Migración (Colectivo PND-Desarrollo), la especialista explicó que se prepara una propuesta para incluir la perspectiva de género en el primer Programa Especial de Migración (PEM), elaborado por el Ejecutivo federal.
Axela Romero destacó que el PEM debe contar con un eje que incluya las necesidades específicas de las mujeres migrantes. Resaltó que ellas enfrentan una doble discriminación por la estigmatización de “abandonadoras” de sus familias y “promiscuas”, lo que limita su acceso a redes de protección, caso contrario al de los hombres, a quienes se les reconoce la travesía y se les mira como “héroes”, advirtió.
La también integrante de la agrupación civil Salud Integral para la Mujer (Sipam) dijo que aunque las migrantes ya radiquen en otro país, siguen ocupando los sectores más pobres de la población, sin prestaciones sociales, y destinando hasta el 80 por ciento de su ingreso a la familia de origen, dejando de lado su propio cuidado.
Incluso, señaló, aquellas que deciden regresar a sus comunidades sufren estigmatización, ya que son discriminadas por haber vivido solas y “sin control”.
En tanto, las mujeres que se quedan en el hogar, detalló Romero, aunque asumen la responsabilidad y toma de decisiones durante la ausencia del marido migrante, al regreso de éste vuelven a subordinarse.
Y las que están en condiciones de tránsito sólo sufren violencia por parte de las autoridades, la sociedad e incluso de otros migrantes.
Por separado, Zorayda Ávila, de la Red Mexicana de Líderes Migrantes y Organizaciones en Estados Unidos, indicó que las mujeres migrantes están expuestas a un doble abuso, explotación y no reconocimiento de sus derechos como vivienda, salud o descanso, a los cuales, afirmó, deben acceder aunque no cuenten con estancia legal.
Refirió que las mujeres que esperan las remesas del marido migrante también son controladas porque el dinero no les es enviado directamente a ellas, sino a través de la familia política.
Por ello, estas organizaciones al señalar la importancia del Programa Especial de Migración, con perspectiva de género, las organizaciones después de
Las organizaciones civiles anunciaron que entregarán al Instituto Nacional de Migración, y las secretarías de Hacienda y Crédito Público, Relaciones Exteriores, y del Trabajo y Previsión Social, sus propuestas para el PEM, y que buscarán compromisos puntuales con estas dependencias para garantizar los Derechos Humanos de la comunidad migrante.
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