terça-feira, 16 de outubro de 2012

Chile:Nueva ley de migración


Esperamos que esta nueva legislación sea acompañada por políticas de educación en materia de convivencia, basadas en la aceptación, el respeto y la valoración de los inmigrantes.


LA MIGRACION es una realidad cada día más visible en Chile. La presencia de inmigrantes, tal como la salida de chilenos del país, ha hecho cotidiana la convivencia con personas de diferentes nacionalidades en espacios públicos, laborales, barriales, familiares, de ocio y entretención, entre otros. Cifras del Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior indican que el total de la población extranjera residente en Chile es de 352 mil 344 personas. Es decir, el 2,08% del total de quienes habitan en el país son extranjeros. Se caracteriza, entre otros factores, por una población en edad activa (85% está entre 16 y 59 años), educada y que migra para trabajar, mayoritariamente femenina y de origen latinoamericano.
Esta realidad constituye un desafío, a la vez que una oportunidad para la sociedad y el Estado de Chile. Como hemos consignado en nuestros Informes Anuales sobre la Situación de los Derechos Humanos en Chile 2010 y 2011, el país ha transitado de entender la migración como una materia de seguridad nacional -el marco normativo actual está contenido en el Decreto Ley N° 1094 del año 75- a una más tributaria del campo de los derechos humanos, cuestión que se ve reflejada con avances como la tipificación de los delitos de tráfico y trata de personas y la  promulgación de la Ley de Refugio N° 20.430, que establece disposiciones sobre protección de refugiados.
Sin embargo, la legislación migratoria general sigue anclada en el paradigma de la seguridad y no da cuenta de las características actuales de la migración al país. El gobierno anunció la presentación de una legislación que se haga cargo de los nuevos desafíos que nos presenta la creciente migración en Chile, y que a la vez responda a las obligaciones que asumió como país, al ratificar la Convención sobre los Derechos de los Trabajadores Migrantes y sus Familias y a las recomendaciones que le señalara el comité sobre derechos de las personas migrantes con ocasión del examen sobre el cumplimiento de dicho instrumento jurídico.
Un mejor trabajo y calidad de vida son el principal motor que mueve a quienes deciden salir de sus países. No obstante, las situaciones de discriminación son reiteradas,  particularmente con aquellos que arriban de países vecinos. Las precarias condiciones laborales y de vida para muchos, las dificultades en el acceso y oportunidades educativas para niños y jóvenes, los obstáculos para acceder a la atención de salud y las limitaciones objetivas de acceso a los tribunales de justicia frente a decisiones de expulsión de la autoridad administrativa, son algunos de los asuntos que el Estado chileno debe examinar a efectos de garantizar el respeto de los derechos humanos de todas las personas que habitan en Chile.
Esperamos que esta nueva legislación sea acompañada por políticas de educación en materia de convivencia basadas en la aceptación, el respeto y la valoración de los inmigrantes. Nuestra invitación es a que organismos públicos y privados, organizaciones sociales, barrios, autoridades, instituciones de gobierno, educativas, culturales, medios de comunicación y la sociedad en su conjunto, comprendamos que la presencia y aceptación de la inmigración, vengan de donde vengan, nos hace más democráticos.
 por Lorena Fries 

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