De nuevo sale el tema de los inmigrantes en el foro político de Estados Unidos. El Presidente Obama en su discurso reciente en Texas intenta movilizar el electorado hispano con un discurso sobre migración. El discurso de Obama en El Paso tiene un doble mensaje con el cual trata de quedar bien con todos. Ante un 68% de los americanos que consideran que en ese tema lo más importante es controlar la frontera sur, les recuerda que “la frontera nunca ha estado más vigilada que ahora”. Ante los hispanos, que son ahora la minoría más grande de E.U.A. y una base de apoyo significativa para Obama, vuelve a tomar el tema de la reforma migratoria. Reforma que prometió pero no entregó y a la cual la mayoría, incluyendo varios de su administración, le ven pocas probabilidades.
Obama y su secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, citan que ahora son 20,000 agentes de la migra, 1,200 soldados de la Guardia Nacional y aviones no tripulados de vigilancia, los que cuidan la frontera. Ese operativo sin precedentes, unido a polémicas redadas de trabajadores indocumentados, y a leyes como la de Arizona, que ahora tratan de copiar varios otros estados y que dificultan enormemente la vida a los inmigrantes, han llevado a un número record de deportaciones, mas de 80,000 en los dos últimos años. Según el gobierno de E.U.A. los extranjeros sujetos a deportación en el 2009 eran 613,000, de ellos la gran mayoría (83%) eran mexicanos, seguidos por los ciudadanos del triangulo norte (El Salvador, Guatemala y Honduras); los salvadoreños sujetos de deportación ese año, sumaban casi 17,000.
En la mayoría de estados de E.U.A. ahora no se puede tener documentos legales, como licencia de manejar, sin probar que se está legalmente en el país. Leyes anti migración como las que quieren adoptar Arizona y otros estados, incluso permiten cuestionar a una persona solo porque parece o podría ser indocumentado, lo que llevaría a todavía más injusticias y discriminaciones. La mayoría de los indocumentados que son capturados terminan siendo deportados, acabando así el sueño para muchos de los que tuvieron suerte y lograron pasar la frontera, los que también pierden lo invertido (que ahora es por lo menos unos $ 6,000 solo por el tránsito hacia el norte).
A esa dura situación en los E.U.A. hay que agregar lo difícil de la ruta hacia el norte, sobretodo, las penurias que muchos sufren en México. Se estan encontrando más fosas comunes, constantemente salen a la luz más crímenes espantosos en ese país, la mayoría responsabilidad de los narcos, aunque en varias ocasiones también con la colaboración de las autoridades mexicanas. Esto último quedo evidenciado en el hecho reportado la semana pasada de que varios agentes migratorios mexicanos cobraban $ 430 por cada migrante centroamericano que entregaban a grupos armados de delincuentes.
Lo anterior nos debe hacer reflexionar a los centroamericanos: ¿Cuál será esa realidad tan dura para muchos compatriotas que, conociendo de todos esos peligros, persisten en emigrar? De allí que nuestra primera obligación sea cambiar esa realidad en que le toca vivir a una mayoría de nuestra población, para que el norte deje de ser tal tentación. Debemos también dar a conocer cada vez más a la población en general, esos peligros y sufrimientos para el migrante, para que si deciden acoger esa aventura, lo hagan con conocimiento. El estado salvadoreño, ojala en unión con el resto de países centroamericanos, debe luchar para que los derechos del migrante se respeten. Y los de la diáspora, aquellos que estan en E.U.A. o que apoyan la lucha del hispano en ese país, deben aprovechar la nueva oportunidad política que se da para reivindicar su causa, focalizando sus demandas en lo que es viable, en una reforma que pueda garantizar derechos básicos y legalización de los 12 millones de latinos que estan en E.U.A.
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