quinta-feira, 12 de maio de 2011

Y van más de mil muertos en lo que va del año…


Mientras la OTAN niega haber dejado a su suerte a un grupo de migrantes que naufragaron en su travesía para alcanzar la isla italiana de Lampedusa desde Libia, como denunció el diario británico The Guardian, y mientras miles de personas siguen cruzando las aguas y muriendo en el intento de escapar de los conflictos en el norte de África –se estima que en lo que va del año van más de mil muertos-, la red internacional de ONG especializadas en migraciones, Migreurop, denuncia que la Unión Europea ha “subcontratado” el control de fronteras a “dictadores” y ahora “presiona” a los gobiernos que nacen de las revueltas populares para mantener los mismos acuerdos.
Asimismo, de acuerdo a la información manejada por Europa Press, en un comunicado la organización exige “sin demora” una investigación “imparcial” sobre la muerte en el mar de casi setenta inmigrantes en una patera que no recibió auxilio internacional y la desaparición de otra con 500 personas a bordo, la red denuncia el “mecanismo mortífero” que supone el Mediterráneo ante la “inacción” de la comunidad internacional.

Según explica Migreurop, “desde inicios de la década de 2000, los países del norte de África juegan el papel de guardias de fronteras de Europa, persiguiendo y encerrando a personas que quieren poner en práctica su derecho a emigrar, incluidos sus propios ciudadanos”

“La subcontratación de los controles migratorios a los regímenes dictatoriales se encuentra en el corazón de la política de vecindad de la UE”, explican las organizaciones, quienes denuncian que ante las revoluciones en el mundo árabe, Europa “presiona a las fuerzas políticas surgidas de los levantamientos populares para que asuman plenamente el legado represivo y liberticida de los dictadores socios de la UE”.

“La guerra contra los migrantes, que en una veintena de años ha matado a más de 10.000 personas, alcanza actualmente cotas inhumanas”, denuncian las ONG, para incidir en que “más allá de estos acontecimientos”, es el conjunto de la política europea de inmigración y control de fronteras “la que está en cuestión”.

En este sentido, denuncian que “para evitar que unos pocos miles de personas aprovechen la oportunidad que ofrece el debilitamiento de los aparatos policiales para intentar llegar a Europa, Frontex ha desplegado sus medios militares” en torno a la isla de Lampedusa y frente a las costas de Túnez y Libia con “objetivo de disuadir cualquier salida hacia el norte, despreciando la Convención de Ginebra”.

Además, afirman que los exiliados que parten del norte de África en busca de protección en Europa “se ven hoy atrapados en un mecanismo mortífero” porque, por un lado, está el régimen libio, que “les empuja a arrojarse al mar”, y de otro, “los buques que enarbolan pabellones de países de la coalición internacional rechazan auxiliar a estos boat people en peligro”.

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