Con su trabajo y esfuerzo, los migrantes traen desarrollo
allí donde se trasladan. Pues, cuando una persona deja la seguridad, económica
y moral, que deviene de la familia, de la tradición o del Estado en busca de
mejores oportunidades no tiene otra opción salvo la de esforzarse para salir
adelante; de allí que su desempeño suela ser sobresaliente. Sin embargo, no
siempre se reconoce el aporte de los migrantes en favor de las sociedades donde
se enraízan.
Al contrario, suelen ser blanco de ataques violentos e
injustificados, principalmente de parte de ciudadanos locales que permanecen
estancados en su propia mediocridad y prefieren mirar al frente y culpar al
“otro” por sus fracasos antes que reconocer sus propios errores. Por éste y
otros motivos, la ONU decidió honrar cada 18 de diciembre el esfuerzo y el
aporte de los más de 230 millones de inmigrantes que habitan en el mundo.
Este año el Día Internacional del Migrante sirvió para
que la Directora de la Unesco recordase a la comunidad internacional la
importancia de concientizar en todas las sociedades que la migración ha
contribuido y contribuye grandemente a la riqueza cultural, económica,
científica y tecnológica de las sociedades, pero también sobre la importancia
de luchar, hoy más que nunca, contra toda forma de racismo y discriminación.
La Razon
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