Los escenarios de sequías, inundaciones y tormentas
serán cada vez más frecuentes con el aumento de la temperatura promedio del
planeta y debido a esto, muchas personas se verán en la necesidad de migrar a
otros lugares donde las condiciones ambientales sean mejores.
Esa migración debido al cambio climático se
enfrenta con un obstáculo: las fronteras.
Philippe Leclerc, funcionario del Alto Comisionado
de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Francia, aclaró que los
migrantes climáticos no pueden ser considerados como refugiados porque no
existe una cuestión política de fondo como persecución por su etnia u opinión,
por lo que los países no están obligados a darles ese estatus legal.
"La protección internacional para aquellos que
sufren las consecuencias del cambio climático, tan dramáticamente que se ven
forzados a cruzar una frontera, carece de un instrumento que permita a los
países saber cómo actuar ante una situación así", explicó el experto de
Acnur.
Según Leclerc, al ser el cambio climático un
problema global, la migración a causa de desastres naturales debe verse
regionalmente y no solo desde el punto de vista de la atención de la emergencia
sino también en el período posterior a esta.
Ya existe un esfuerzo en este sentido, el cual es
liderado por Noruega y Suiza.
Iniciativa Nansen. En el 2012, Noruega y Suiza
lanzaron la Iniciativa Nansen. Esta pretende crear consenso entre los países
sobre la mejor manera de abordar los desplazamiento entre fronteras debido a
desastres naturales u otras consecuencias generadas por el cambio climático.
En este sentido, y según Leclerc, se analizan los
riesgos climáticos presentes en la región para luego trabajar con los Estados
en el cómo reaccionar ante una situación de migración debido a inundaciones,
sequías, huracanes o tormentas. Actualmente se trabaja en Oceanía y África
Central.
Con esta iniciativa se busca que los países se
pongan de acuerdo en temas de cooperación y asistencia humanitaria, normas para
el ingreso de la población afectada al país hospedero, estancia y acceso a
derechos básicos así como cuestiones operativas como mecanismos de
financiación.
No solo se pretende garantizar la seguridad de la
población migrante entre fronteras, la Iniciativa Nansen incluye los
desplazamiento internos en los países. De hecho, el objetivo es reducir el
riesgo a desastres naturales al disminuir las vulnerabilidades como acceso a
agua potable, electricidad o transporte e incluso gestionar desplazamientos
internos, en caso de zonas de alto riesgo, como medida de adaptación.
"Más que contemplar el tener algún tipo de
convención para migrantes climáticos, es quizá más razonable – y más fácil de
adaptar a situaciones tan cambiantes como los desastres naturales- trabajar en
conjunto a partir de la realidad de estas comunidades. Imponer una convención
podría no ser tan útil", concluyó Leclerc.
Ahora, esos desplazamientos provocarán una presión
mayor sobre los recursos naturales y esta situación podría desembocar en
conflictos. Al respecto, Leclerc urgió a los líderes políticos a incluir el
tema de la movilidad humana dentro del acuerdo que se discute esta semana en la
cumbre del clima que se celebra en Le Bourget (Francia).
"Ya sea que se tome en cuenta como adaptación
o en el mecanismo de pérdidas y daños para que así sea sujeto de
financiamiento", dijo Leclerc.
Para el experto de Acnur, el objetivo debe ser
primero reducir el riesgo de estas comunidades; si es necesario movilizarlas,
entonces buscar una opción dentro del país y el último recurso sería la reubicación
temporal en otro país. Si ese fuera el caso, esa ayuda económica que se
desprende de los fondos para el clima se destinarían al país hospedero para
afrontar esta situación migratoria.
"Recompensar a los países podría ayudar a
prevenir conflictos", dijo Leclerc.
La Nacion
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