Las economías emergentes de Asia, África y América Latina “están adquiriendo cada vez más importancia como países de destino de los trabajadores migrantes”, con el consiguiente aumento “de los desplazamientos de las personas en dirección Sur-Sur”, destaca el Informe Mundial sobre las Migraciones 2010 publicado por la OIM.
Advierte que la presión de los flujos migratorios, enfrentará a esos países a la necesidad de invertir en programas y políticas en el ámbito de la gestión de la migración.
Asimismo, según el informe, “el número de migrantes en situación irregular continuará aumentando a medida que la oferta de mano de obra de los países de origen de los migrantes supere la demanda en los países de acogida, y los canales de la migración legal sigan siendo la excepción más bien que la regla”.
Señala que los nuevos patrones de migración irregular comprenden “un número cada vez mayor de menores no acompañados, solicitantes de asilo, víctimas de la trata de personas, o personas que intentan huir de los efectos del cambio ambiental o climático, pero para quienes actualmente existe escasa protección internacional”.
En cuanto a las repercusiones de la crisis económica, el informe observa que el número total de migrantes se ha mantenido estable, “ya que son relativamente pocos los migrantes que han retornado a sus hogares, pese a haber sido particularmente afectados por la situación de desempleo”.
Como consecuencia de ello, las remesas hacia los países en vías de desarrollo bajaron en un seis por ciento en 2009, aunque en algunos países como Bangladesh, Pakistán y Filipinas, se observó un aumento de las remesas entre 2008 y 2009.
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