El 4 de diciembre de 2000 la Asamblea General de
Naciones Unidas, ante el aumento de los flujos migratorios en el mundo, decidió
proclamar el 18 de diciembre Día Internacional del Migrante. Según la División
de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, el
número de migrantes a nivel mundial es de 232 millones. Nunca antes habían
vivido tantas personas fuera de su país de origen. En Sudamérica, Chile se
convirtió en el país donde más creció el número de migrantes entre 1990 y 2013,
aunque en términos porcentuales continúa siendo un número muy bajo. Según el
Departamento de Extranjería y Migración de Chile, un 2,08% de la población en
el país es migrante.
Con motivo del Día Internacional del Migrante aprovechamos para
acercarnos a la situación actual de la migración en Chile, y más concretamente
a la realidad que se vive en el norte del país. Según José Tomás Vicuña SJ,
Director de Ciudadano Globalen Arica, durante 2013 el fenómeno migratorio se ha
visibilizado en el país, aunque no siempre desde una perspectiva positiva e
integradora. “Por lo menos se está hablando en muchos medios de comunicación, y
eso ya es un paso para reconocer a los migrantes que están en Chile”, asegura.
Las particularidades en la XV Región
La Región de Arica y Parinacota, que limita
con Perú y Bolivia, presenta en términos porcentuales en relación a su
población total, el mayor número de migrantes, convirtiéndose la ciudad de Arica
en una puerta de entrada por su condición fronteriza pero también en un lugar
de paso. Dadas las particularidades históricas, según explica Vicuña,
actualmente en Arica se habla más de la migración en referencia a las personas
colombianas o ecuatorianas que a las peruanas o bolivianas. “Hoy en día la
gente se está dando cuenta de que estos últimos también son migrantes”, afirma.
Para Javiera Cerda Valle, Responsable de la
Intervención Social de la oficina en Arica de Ciudadano Global, las principales
problemáticas que en la actualidad presenta la capital de la Región son, por un
lado, la discrecionalidad de los funcionarios de la Policía de Investigaciones
(PDI) y del Departamento de Extranjería y Migración a la hora de exigir algún
documento adicional para poder ingresar en el país o tramitar alguna visa y,
por otro lado, la existencia de una desinformación por parte de los
funcionarios públicos y de los propios migrantes sobre los derechos que estos
tienen en distintas áreas como la salud, la educación o el trabajo.
Otra problemática se ha producido a raíz de la no
aplicación del convenio de los siete días entre Arica y la ciudad peruana de
Tacna. Las personas acogidas bajo este acuerdo podían ingresar en dichas
ciudades por una semana, sin salir de esa jurisdicción y sin poder fijar su
residencia ni trabajar. Así que existía una dualidad de convenios que apelaba
mucho a la arbitrariedad. En la actualidad, las personas con nacionalidad
peruana ingresan al país como turistas, pero su permanencia depende también del
funcionario en ventanilla. A algunos le dan 5 días y a otros 30. Vicuña cree
que hay que clarificar los criterios y unificarlos, para que no dependa tanto
de las arbitrariedades. “Dada esta visibilización se han ido dando pasos de
reflexión, de colaboración y también de sincerar la realidad, ya que muchos
peruanos vienen a trabajar aunque entren sin permiso para ello”, asegura.
Un paso importante ha sido la creación este año de
la Red de Migrantes de Arica, compuesta por colectividades migrantes y por
organizaciones de la sociedad civil de ayuda al migrante que se reunieron por
primera vez en el mes de septiembre. Su origen tuvo lugar en unas mesas de
diálogo creadas en los últimos años en torno a la migración en las cuales
organismos públicos, empresas privadas, migrantes y ONGs, se reunieron para
conversar sobre el fenómeno migratorio y las perspectivas de trabajo.
La necesidad de una nueva ley
Durante el pasado mes de junio, el Gobierno envió a la Cámara de
Diputados el Proyecto de
Ley sobre Migración y Extranjeríaque pretendía modificar la ley vigente que data
de 1975, basada en la defensa y
seguridad del país de acuerdo con la ideología de la época. La ley no se llegó
a aprobar y continúa varada en el Congreso. Si bien en opinión de Vicuña es un
paso hacia adelante en busca de una política migratoria que no existe, al
Proyecto de Ley le faltaba el contacto con la población migrante y las
realidades regionales. Ciudadano
Global realizó un análisis al Proyecto de Ley y formuló, entre otras propuestas, la
creación de un contrato de frontera en el cual no sea necesaria la visa. “Si yo
vengo por una temporada de dos meses y me hacen sacar una visa que cuesta 180
dólares y que se demora un mes, no hay ningún incentivo para tramitarla. Con
esto se pretende facilitar la regularización laboral, ya que en una situación
migratoria legal se incurre en la irregularidad al trabajar”, afirma.
Sin embargo, Vicuña advierte que no basta solo con
la ley. “También hay que promover una cultura de acogida. Puedes tener una ley
que sea muy buena, muy integradora pero al final la ley la llevan a cabo seres
humanos. Entonces, por mucho que salga en el papel, nosotros tenemos que crear
esa cultura de acogida. Reconocer las raíces, los orígenes de Chile, reconocer
que Arica hace 200 años era peruana y que existe una mezcla de culturas
presentes en la región”, sostiene.
Con un Proyecto de Ley todavía en el Congreso, en las
recientes elecciones presidenciales la migración apenas tuvo presencia durante la campaña electoral. En el programa de la presidenta electa, Michelle Bachelet, no figuraba la migración entre
sus apartados destacados aunque sí se comprometió en varias ocasiones a evaluar
la legislación migratoria para modificar el enfoque actual por una perspectiva
de inclusión, integración regional y un enfoque de derechos que aseguren la
inserción efectiva de esta población
Los próximos desafíos
Entre los desafíos que Chile tiene que afrontar en
relación al fenómeno migratorio en los próximos años, Vicuña destaca la
ratificación del convenio de Mercosur con Perú, que facilitaría la
regularización laboral de los ciudadanos de esta nacionalidad, ya que hoy en
día a una persona de nacionalidad peruana le es más difícil obtener la visa que
a una boliviana, cuando existen casi el mismo número de migrantes de ambos
países.
No obstante, el desafío más complejo es promover la
interculturalidad, derribar mitos y prejuicios, y promover el encuentro de la
ciudadanía ariqueña con las personas extranjeras. “Arica está perdiendo una
gran oportunidad, dado el flujo de personas y de culturas que pasan por la
ciudad, que podrían aportar a la diversidad cultural”, sentencia.
Ciudadano Global considera que es muy importante
promover una cultura de acogida en Chile acompañando, defendiendo y orientando
a personas migrantes en situación de vulnerabilidad. “Al final todos somos
seres humanos, pero muchas veces nos llenamos de mitos y prejuicios porque no
conocemos a los demás, no nos hemos dado el espacio para encontrarnos. Nosotros
queremos brindar espacios de encuentro que beneficien finalmente a
todos”, concluye su director en Arica.
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