Alemania necesita en torno a
200.000 inmigrantes más por año para compensar el declive demográfico y
sostener el crecimiento, estima el Bundesbank (banco central germano) en su
informe mensual de abril.
Este aporte regular de
mano de obra extranjera debería asociarse a reformas destinadas a prolongar la
duración de la vida activa y facilitar la labor profesional a las personas con
hijos a cargo, agrega el Bundesbank.
Alemania ya ha
previsto retrasar la edad de jubilación a los 67 años y se esfuerza por atraer
cada vez a más inmigrantes, en particular trabajadores cualificados como
ingenieros, informáticos o enfermeras.
El año pasado recibió
177.300 inmigrantes, en su mayoría procedentes de Europa central y oriental, lo
que supone una subida del 2,6% con relación al 2010, la mayor en 15 años. Según
el instituto federal de estadísticas Destatis, el 2010, de una población total
de 81,7 millones los inmigrantes llegaban a 10,6 millones.
Con una tasa de
fecundidad entre las más bajas del mundo y una edad media de las más elevadas,
la demografía resulta una bomba de tiempo para Alemania, que pesa sobre su
potencial de crecimiento y en las finanzas públicas.
Las previsiones
demográficas ven la proporción de personas de 65 años y más pasar del 20%
actual al 34% en 2060. El aumento de la inmigración será necesario no sólo para
compensar el declive demográfico, sino para mantener el crecimiento de la
producción económica, el de la productividad, las inversiones a alto nivel y el fuerte grado de innovación y el
progreso técnico, agrega el Bundesbank.
El Sur
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