quarta-feira, 10 de fevereiro de 2016

El peso de la migración

A escasos días de la visita del papa Francisco a México, ya se ha referido a temas polémicos en el país como la migración. El mes pasado, el sumo pontífice invitó a los países receptores de migrantes a sensibilizarse y crear soluciones para el problema, al argumentar que las principales causas de la migración son situaciones de exclusión político–social, que dificultan la vida de millones de personas en sus propias patrias.
Si bien el argumento es válido y debe ser tomado en cuenta por los países de acogida, también es un llamado a las naciones expulsoras para revisar sus políticas en materia económica y social.

México se caracteriza por una constante migración, cuyo destino principal es Estados Unidos; además, con el paso del tiempo los migrantes han ido ocupando cada vez un lugar más importante en la vida económica del país.
De acuerdo con varios analistas publicados por Sin Embargo, privilegiar la estabilidad económica a través de niveles bajos de inflación, salarios controlados y costos de producción bajos para hacer a México globalmente competitivo impactó de forma negativa al desarrollo del mercado interno.

 Esto es importante, pues 99.8 por ciento de las empresas que participan en este mercado producen aproximadamente 50 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país y ocupan cerca de 70 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA); sin embargo, la mayoría de estas firmas son pequeñas y más vulnerables a los choques macroeconómicos.

 Además, esta política económica tiene un sesgo a favor de los grandes capitales; por ejemplo, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en 2014 el salario mínimo en China era de 1.19 dólares por hora, mientras en México apenas y alcanzó 0.6 dólares en el mismo período.
En este sentido, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, presumió que de no haber sido por estas condiciones, mucha de la inversión extranjera radicada en México se hubiera trasladado a China.

Estos hechos muestran el desinterés por desarrollar un modelo económico más incluyente que brinde una mejor calidad de los mexicanos, y que se hace tangible en el impacto de la migración sobre la economía nacional. Recientemente, las remesas se afianzaron como la segunda fuente de divisas del país, sobre la exportación de petróleo o el turismo extranjero.
 Según el Banco de México (Banxico), en 2015 los recursos enviados por los connacionales que laboran en Estados Unidos llegaron a sumar 24 mil 770.9 millones de dólares, mientras que las divisas que ingresaron por la exportación de petróleo únicamente fueron de 18 mil 524 millones de dólares.

Asimismo, diversos organismos financieros han señalado que México debería crecer al menos 0.6 por ciento anual, pero el crecimiento ha sido paupérrimo los últimos 30 años y para 2016 no se espera ni siquiera que llegue a 0.3 por ciento. Si bien con las reformas estructurales se ha prometido impulsar la economía, éstas carecen de innovación y congruencia, pues siguen haciendo a un lado el fortalecimiento del mercado interno.Es un hecho que la visita del papa Francisco a México se da en un contexto complicado, al existir problemas como la violencia, la crisis económica e incluso por coincidir con año electoral. Si bien el líder de la Iglesia católica ha sido enfático en que asiste a México en son de paz, sería un error que no abordara el tema de la migración y la relación que guarda con las fallas del modelo capitalista, temas que ya ha tratado con anterioridad, pero que siguen desestimados por una gran parte de la sociedad.
Ntr
Periodismo Critico
Miguelimigrante.blogspot.com 


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