quarta-feira, 25 de março de 2015

Las nuevas nacionalidades disparan un 48% los españoles en el exterior


El 1 de enero de 2015 había 2.183.043 españoles inscritos en los registros consulares. Es un 48% más de los 1.471.691 de 2009, el año en el que el Instituto Nacional de Estadística (INE) comenzó a publicar esta información y el en que la crisis ya se había instalado en la economía española. El aumento es del 6,1% respecto al año pasado.
¿Responden estos datos a una masiva salida de españoles por la recesión? No. Al menos, no del todo. El mayor factor que explica este incremento es la nacionalización de ciudadanos extranjeros, según los demógrafos consultados por este diario. Entre 2009 y 2015 el número de ciudadanos con pasaporte español que vive fuera ha aumentado en 711.352 personas. Pero los nacidos en España son solo 99.637 más (633.750 en 2009; 733.387 en 2015), según los datos del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) difundidos estye miércoles por el INE.

“Hay que mirar dónde ha aumentado la presencia de españoles y desde 2009 el 72% de la subida se concentra en América Latina, sobre todo Argentina o Cuba, mientras el 24% ha sido en Europa”, explica Albert Esteve, director del Centro de Estudios Demográficos en la Universidad Autónoma de Barcelona, que excluye la emigración económica como causa fundamental.


Esteve remite a la ley de Memoria Histórica, aprobada en diciembre de 2007, una norma que permitió acceder a la nacionalidad a los hijos de emigrantes (y exiliados) sin necesidad de que sus progenitores hubieran nacido en España, como se exigía hasta entonces. En buena parte de los casos, “es gente que nunca ha pisado España”, apunta.

Este sería uno de los factores. Pero hay más razones. Mikolaj Stanek, del Grupo Dinámicas Demográficas del CSIC, destaca otro aspecto. Se trata de los extranjeros que acudieron a España atraídos por la bonanza económica, que adquirieron la nacionalidad durante su estancia y que han dejado el país por la caída de las oportunidades laborales.

“Los inmigrantes fueron las principales víctimas, sobre todo en la segunda recesión, entre 2011 y 2012”, comenta.

Por ello, Stanek explica que sí habría “un efecto innegable” de la crisis sobre el aumento de la población extranjera. Por una parte, debido a este fenómeno. Por otra, por los nacidos en España que han dejado el país también por las dificultades en el ámbito laboral. Desde 2009 hay 16.823 residentes más inscritos en el Reino Unido (un 44%) o 9.891 en Alemania (22%).

En términos relativos, son los menos, respecto a las cifras globales, destaca Esteve. “En los datos del INE no se refleja una importante salida de estas personas”, añade.

Stanek apunta que, en todo caso, el aumento ha sido continuo. E indica que el PERE no es una herramienta demasiado eficaz para registrar la emigración, especialmente la de nacisos en españa. El acto del registro es voluntario, y muchos jóvenes que parten a Europa no se dan de alta en los consulados al considerar que su estancia fuera será temporal y que no les aporta gran cosa. Más bien, todo lo contrario. La inscripción implica la baja del padrón municipal, lo que supone la pérdida de acceso normalizado al sistema de salud o de ventajas sociales, como puede ser el acceso a vivienda de promoción pública, como comenta este demógrafo.


Por ello, en línea con otros especialistas Stanek considera que se estaría infrarregistrando este fenómeno y habría una importante bolsa de este tipo de emigrantes (jóvenes, nacidos y formados en España) oculta. “Algunos estudios indican que las cifras reales serían un 50% más elevadas que estas”, subraya.

El Pais

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