La discriminación es
algo que debe ser erradicado tanto a nivel social como institucional. No
olvidemos que por cada persona que ingresa a Chile, dos personas chilenas han
emigrado, esperando ser recibidas, respetadas y no discriminadas. Hoy, en el
contexto del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial
que se celebra el 21 de marzo, nos gustaría mencionar que en la construcción de
un país democrático, desarrollado e inclusivo, la erradicación de la
discriminación hacia los/as migrantes nos concierne a todos y todas.
Chile conoce hoy un
flujo de inmigración nunca antes visto. Este nuevo fenómeno atestigua el poder
de atracción del país, pero representa un desafío a la capacidad de acogida e
inclusión de nuestra sociedad, ya que han sido muchos los casos de
discriminación reportados por las personas migrantes.
Desde 1980 hasta el
presente, el número de inmigrantes en Chile se quintuplicó, superando hoy en
día la cifra de 441.000 personas en situación regular (2,7% de la población
nacional). Según estimaciones del Departamento de Extranjería, son
principalmente de origen latinoamericano: Perú (37,8%), Argentina (15%) Bolivia
(7,7%), seguidos por Ecuador (5,2%), Colombia (5,1%), Brasil (2,7%), República
Dominicana (2%) y Haití (2%). También, en menor cantidad, han llegado
europeos/as destacando entre ellos/as personas provenientes de España.
Este proceso
migratorio es relativamente reciente en Chile y conlleva nuevos desafíos para
toda la sociedad. La inmigración que se está observando es muy diferente a la
que conoció el país a mediados del siglo XIX. En esos años, Chile buscaba
atraer a personas de origen europeo en un proceso de “migración selectiva”, que
comenzó con la llegada de colonos alemanes en el sur de Chile. Esta forma de
considerar la inmigración se arraigó en el imaginario colectivo chileno y
atravesó los años hasta llegar a ser uno de los fundamentos de la vigente Ley
de Extranjería de 1975.
Con el nuevo proceso
migratorio, los/as chilenos/as han tenido que interactuar con nuevas
realidades. El desconocimiento y los prejuicios arraigados en parte de la
sociedad y sus instituciones han generado, en ciertas ocasiones, reacciones
violentas. Existe una parte de la población nacional que ha tenido actitudes
racistas y xenófobas, lo que derechamente constituye una discriminación hacia
las personas inmigrantes.
Aunque pocas sean las
encuestas que abarcan este tema, todas han revelado que la discriminación hacia
los/as inmigrantes es un problema relevante en el país. Además, la
discriminación de la cual son víctimas es diferenciada respecto a su origen.
Así, según la encuesta Gemines-U, “un 70% de las personas chilenas mira
principalmente en menos a los/as inmigrantes latinoamericanos/as”, (Gemines-U
Finis Terrae, 2012). La Encuesta Nacional de Derechos Humanos de 2013 (del
Instituto Nacional de Derechos Humanos) indica que el 42,5% de las personas
encuestadas identificaron a los/as inmigrantes latinoamericanos/as como un
grupo al cual no se le respetan sus derechos humanos, mientras que sólo el 4,2%
considera que los/as inmigrantes europeos/as o norteamericanos/as son víctimas
de tales violaciones.
La encuesta “Ser
Migrante en el Chile de hoy” de 2012 (Fundación Superación de la Pobreza y UDP)
– que contempla una población radicada en la Región Metropolitana compuesta de
migrantes de origen peruano, colombiano, boliviano, ecuatoriano y haitiano –
confirma esta tendencia, indicando que un 37% de los/as migrantes ha sido
insultado sin motivo puntual; un 14 % porque supuestamente les quitan el
trabajo a los/as nacionales; un 10% ha sido tratado como delincuente y un 9,1%
ha sido discriminado por su color de piel. Estos comportamientos
discriminatorios son cada vez más numerosos y han llegado a materializarse
tanto en violencia psicológica como física.
El aumento de los
casos de discriminación de todo tipo en el país ha vuelto urgente la necesidad
de legislar para prevenir y sancionar estos delitos. Es así como la Ley
n°20.609, más conocida como Ley Zamudio, fue promulgada en el año 2012. Esta
ley se conoce como un instrumento de no discriminación por orientación sexual,
pero resulta ser también una herramienta contra la discriminación racial. La
definición que establece en su artículo 2 abarca bastantes dimensiones,
entendiendo por “discriminación arbitraria” toda distinción que carezca de
justificación razonable, ya sea por agentes del Estado o particulares,
fundándose en motivos como la raza, la etnia, la nacionalidad, el género y la
orientación sexual”.
Sin embargo la Ley
Zamudio es una herramienta limitada, ya que obliga al Estado a sancionar los
casos de discriminación pero no es específica en cuanto a las medidas para
prevenirlos. Por lo tanto, más allá de defender los derechos de las víctimas de
discriminación en situaciones puntuales, es imprescindible que el Estado
chileno se haga cargo de este problema en general, y aborde la discriminación
contra las personas migrantes en particular; todo esto como un problema social
en términos globales. El proyecto gubernamental para crear una Nueva Ley de
Migraciones, que debiese ser presentado en el Congreso Nacional durante el
segundo semestre del año 2015 (según Rodrigo Sandoval, jefe nacional del DEM,
en el Encuentro Consultivo Final del proceso para una Nueva Ley de Migraciones
en Chile, en la CEPAL, el 9/01/2015), debe tomar en cuenta esta dimensión.
Mediante esta nueva
ley se espera que el Estado chileno cumpla con sus compromisos internacionales
en materia de no discriminación y que, al mismo tiempo, ratifique nuevas
herramientas pertinentes, como la Convención interamericana contra toda forma
de discriminación e intolerancia (OEA, 2013). Una política estatal global y
coherente sobre la cuestión migratoria permitirá no solamente respetar todos
los derechos humanos de las personas migrantes, sino también hacer que la
sociedad chilena aproveche la riqueza de la multiculturalidad.
La discriminación es
algo que debe ser erradicado tanto a nivel social como institucional. No
olvidemos que por cada persona que ingresa a Chile, dos personas chilenas han
emigrado, esperando ser recibidas, respetadas y no discriminadas. Hoy, en el
contexto del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial
que se celebra el 21 de marzo, nos gustaría mencionar que en la construcción de
un país democrático, desarrollado e inclusivo, la erradicación de la
discriminación hacia los/as migrantes nos concierne a todos y todas.
The Clinic
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