quarta-feira, 20 de outubro de 2010

“La mujer cuando halla trabajo encuentra un nivel de autoestima y libertad que no conocía”

El psiquiatra italiano Roberto Beneduce nos habla de los peruanos en Italia. El especialista participa en el Congreso de Psicoterapia Psicoanalítica Entre el Deseo y la Realidad que se realiza en Lima y es fundador del Centro “Franz Fanon”, dedicado a la ayuda psicológica y a la promoción de la salud de los inmigrantes y otras minorías en Italia.
¿Hay diferencias notorias entre pacientes de diferentes razas?
Hay diferentes idiomas del sufrimiento porque es construido de manera inherente a la historia. El sufrimiento del italiano no es el mismo sufrimiento de un peruano o de un hombre de África. Tiene su idioma para comunicarse, al mismo tiempo el sufrimiento es universal. Se tiene que reconocer la diferencia de los idiomas. Tenemos la necesidad de familiarizarnos con diferentes idiomas. Esta es la condición para encontrar al otro, para trabajar de manera eficaz con su sufrimiento.
¿Podría graficar en las diferencias del sufrimiento italiano, del latino, del peruano, del africano?
Yo sé que los peruanos tienen su problema de nostalgia, de separación, de miedo, de soledad. Yo conozco sus palabras. Una palabra para decir muchas cosas juntas. La depresión es una categoría muy cotidiana para mí, mas no necesariamente para todo el mundo. Cada enfermo construye su sufrimiento en su idioma en una historia cultural muy compleja. El profesional tiene que hacerse familiar con esta perspectiva cultural que no es imaginar una cultura como enterrada y siempre la misma en el tiempo. El profesional tiene que conocer otros idiomas del sufrimiento, otras experiencias de sufrimiento. En mi experiencia, la mujer que llega de Nigeria puede hablar de brujería sin sentirse como una primitiva y encuentra una posibilidad de ser una mujer enferma y ser liberada de su enfermedad… Hay muchas palabras para compartir el sufrimiento. El objetivo de la psiquiatría es construir muchos idiomas, muchas estrategias de comunicación.
¿El sufrimiento de un paciente de un país subdesarrollado con otro paciente de un país desarrollado es diferente también?
Claro, tenemos que imaginar historias diferentes, caminos diferentes y las variables son infinitas. Yo estoy dando ejemplos fuertes para dar una idea de las diferencias de los idiomas. En Italia encontramos inmigrantes que tienen una historia muy diferente. Un estudiante que llega de Lima tiene una historia distinta a la de una mujer que llega de Lagos o un refugiado de Sudán.
Sus pacientes son inmigrantes latinoamericanos y africanos. ¿Ellos cómo se acercan a usted?
Los inmigrantes llegan el centro en que trabajo porque son enviados por instituciones de curaciones de manera espontánea porque saben que hay un grupo de psicoterapeutas, psicólogos clínicos ayudados por traductores que pueden facilitar el encuentro y el respeto de los imaginarios de los idiomas. Es un centro abierto que no hace diferencias entre los inmigrantes con o sin visa y es gratuito. Es un refugio.
¿Cuál es la característica del sufrimiento del peruano?
Hay tres problemas que encuentro con una frecuencia importante. En Italia muchas mujeres peruanas llegaron y después los hombres y los niños la siguieron. Hay historias que no son paralelas porque hay una fractura entre la mujer que llega a Italia y los demás. Es una fractura difícil de componer. Encontré adolescentes que expresaron su deseo de regresar al Perú. Significa que el deseo de los padres no coincide con el de toda la familia. El deseo de los padres no coincide con el deseo de los hijos. El imaginario y la autorepresentación del migrante es muy complejo. La mujer dice que está buscando trabajo. No es sólo eso, es una posibilidad de autonomía para escaparse a problemas de violencia familiar y privada. Esta mujer cuando haya trabajo encuentra un nivel de autoestima y libertad que no conocía antes en su familia. Es difícil para esta mujer compartir esto con su hombre y su país. Es un problema moral, político y psicológico muy complejo. Por eso muchas parejas se rompieron. La mujer no quería reconciliarse cuando encontró otra manera de ser mujer en un país lejano. También existe el problema de la depresión que se manifiesta con el alcohol. Muchos peruanos tienen este problema. También el problema de las pandillas que se manifiesta mucho en Italia.
¿Es difícil que un peruano llegue a ser feliz yéndose a otro país?
Es un proceso, aunque puede sufrir depresión y nostalgia luego puede adaptarse. El profesional tiene que construir una relación fuerte con el sujeto migrante respetando su idioma, su historia y reconstruyendo un camino que no ha sido imaginado por su familia y por el sujeto mismo. El sujeto que migra tiene que reconstruir su historia solo y necesita un aliado. Tiene que descubrirse. Todos siempre luchan con la ilusión de lo que no saben ser. El migrante dice a su familia que quiere buscar trabajo mas su deseo es algo que no conoce. Va a descubrir su deseo en su vida.
¿Por qué descubre su deseo allá y no acá?
Es una pregunta muy fuerte. No puedo dar una sola respuesta. Nosotros no sabemos dónde nuestro deseo se construye o toma su forma. Podemos decir que hay momentos sociales históricos que son más difíciles porque nuestros deseos pueden tomar forma. La sociedad peruana no ayuda a definir aquí la forma del deseo. Hay contradicciones económicas y familiares que contribuyen a impulsar a los individuos a buscar en otros sitios una vida mejor.
Entrevista extraída del diário la primeraperu.com

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