En abril del
presente año, la Coalición de Política Latina con sede en Sacramento
California presentó a la ONU, en 10 páginas, quejas por
violación a derechos humanos de las personas migrantes, especialmente en los
procesos de detención y deportación.
Una de las preocupaciones ha sido la violación de seis artículos de la
Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y nueve artículos de los
derechos de los niños de la Convención de las Naciones Unidas, afirma la
Coalición. No se sabe con certeza cuantos niños, niñas y adolescentes,
descendientes de padres y madres indocumentadas, han sido separados de sus
progenitores y enviados a hogares de crianza o dispuestos para adopción.
No cabe duda sobre el aumento de
personas migrantes deportadas. A Guatemala desde enero a este día han sido
deportadas mas de 28, 700 personas vía aérea desde Estados Unidos y más de
26,000 vía terrestre desde México.
Niños, niñas, adolescentes y adultos siguen siendo victimas de
atropellos a sus derechos humanos. El sufrimiento por la separación
familiar, tanto de los que salen, van en camino o regresan es palpable y
visible en sus rostros.
En la Casa del
Migrante ubicada en esta ciudad, abundan las narraciones llenas de angustia,
dolor, desesperación, impotencia, frustración. Aunadas a estas
narraciones, es visible también el coraje para seguir adelante, las fuerza del
amor a la familia, la esperanza de una vida mejor, la fuerza de voluntad de
adolescentes con gran capacidad de soñar .
Y ¿que pasa con los que llegan de nuevo a Guatemala después de haber
intentado, una, dos o hasta más veces llegar a la tierra de sus sueños? ¿Cómo
los recibe Guatemala?, ¿Qué se les ofrece?
Son preguntas que ameritan reflexiones profundas e incluso críticas
serias a realidades sociales estructurales e interdependientes para encontrar
respuestas y alternativas positivas ante los grandes desafíos que la movilidad
humana trae consigo.
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