Las autoridades en Reino Unido le
prohibieron a una universidad de Londres aceptar alumnos de países que no
forman parte de la Unión Europea (UE), lo cual deja a más de 2.000 estudiantes
extranjeros en riesgo de ser deportados, según informó una organización
estudiantil.
A la Universidad Metropolitana se le revocó la licencia para patrocinar
a estudiantes que no pertenecen a la UE y no se le volverá a permitir que
respalde solicitudes de visas británicas.
El órgano de inmigración de Reino Unido, UK Border Agency (UKBA), indicó
que la institución no resolvió “deficiencias graves y sistemáticas” que fueron
identificadas hace seis meses.
Una comisión ha sido creada para ayudar a los estudiantes afectados por
la decisión.
La pérdida de la licencia no sólo le impide a la universidad, que tiene
30.000 estudiantes, aceptar nuevos postulantes, sino que podría afectar a miles
de estudiantes que ya están cursando sus estudios en esa institución.
El sindicato nacional de estudiantes (NUS, por sus siglas en inglés)
indicó que la decisión podría significar que más de 2.000 estudiantes sean
deportados en 60 días, al menos que puedan encontrar otra institución que
patrocine sus aplicaciones de visa.
“Las implicaciones de esta revocatoria son enormemente significativas, y
la universidad ha comenzado a manejar el caso”, dice una declaración publicada
en el sitio web de la universidad el miércoles.
“Nuestra prioridad absoluta son los estudiantes, tanto actuales como
futuros, y la universidad cumplirá con todas sus obligaciones para con ellos”,
añadió.
Aunque ha habido decisiones similares, ninguna otra universidad ha
perdido completamente el poder de reclutar estudiantes extranjeros.
El sindicato estudiantil le expresó al primer ministro David Cameron y
la ministra del Interior, Theresa Mayo, su “disgusto por la manera en que se
han estado tomando decisiones en semanas recientes, y los efectos
potencialmente catastróficos en la educación superior”.
“Esto creará pánico y desilusión entre los estudiantes, no sólo en la
universidad Metropolitana sino en todo el país”, añadió el presidente del NUS,
Liam Burns.
Burns pidió a los políticos recordar que la educación superior es una
“industria de exportación exitosa” para el Reino Unido, algo que puede ponerse
en peligro si continúa “la actitud de sospecha hacia los estudiantes
internacionales”.
Un portavoz del UKBA insistió en que se trataba de un caso puntual, en
el que la casa de estudios no había solucionado los problemas hallados con el
manejo de los estudiantes internacionales, que salieron a flote en una
auditoría efectuada hace varios meses.
El organismo dijo que había venido trabajando con la institución
educativa para resolverlos, pero que en otra revisión llevada a cabo sobre una
muestra de casos el mes pasado no se verificó progreso en la materia.
Irregularidades
Aunque el UKBA no especificó cuáles eran los problemas que habían causado la suspensión de la licencia, el ministro para Inimigración, Damian Green, dijo en una entrevista con la BBC que más la universidad había resultado ser un patrocinador “muy, muy deficiente”, porque más de la cuarta parte de los estudiantes de la muestra no tenían permiso para permanecer en el país.
Aunque el UKBA no especificó cuáles eran los problemas que habían causado la suspensión de la licencia, el ministro para Inimigración, Damian Green, dijo en una entrevista con la BBC que más la universidad había resultado ser un patrocinador “muy, muy deficiente”, porque más de la cuarta parte de los estudiantes de la muestra no tenían permiso para permanecer en el país.
Green añadió que una “proporción significativa” de estudiantes no tenían
un buen nivel de idioma inglés, y que no había pruebas de que estuvieran
asistiendo a las clases.
El funcionario señaló que sólo violar una de estos tres requisitos era algo
serio, pero que en el caso de la universidad Metropolitana se encontraron
irregularidades relativas a todos ellos.
“Lo que encontramos fue una falla sistemática, que pone en entredicho la
capacidad de la universidad para actuar como patrocinador y dar confianza a los
mismos estudiantes”, dijo.
Ciertas visas estudiantiles en el Reino Unido le dan derecho a sus
poseedores a trabajar tiempo parcial (de diez a 20 horas a la semana,
dependiendo de ciertas circunstancias). Esto ha sido objeto de críticas por quienes
consideran que le abre una puerta al Reino Unido a personas cuya objetivo
último no es estudiar.
Algunos casos
Entre las personas afectadas se encuentra María Paz Ramírez, una
estudiante peruana que había ganado una beca parcial para hacer un MBA (Master
en Administración de Empresas) en la universidad Metropolitana.
“Tengo que aplicar por una nueva beca, y estoy tratando de averiguar
cómo recuperar las 3.000
libras (unos US$4.500) de depósito que ya había pagado”,
le dijo a la BBC.
“Mis padres y yo estamos extremadamente preocupados”, dijo, por su
parte, Danish Ashraf, un estudiante de Arabia Saudita que acaba de completar su
primer año de estudios con éxito.
“No sé si otra universidad me aceptará para un segundo año, y me parece
que no tiene sentido hacer el primero otra vez. Gasté entre 10.000 y 11.000 libras el año
pasado (entre US$15.000 y 17.000) y no tenía idea de que esto iba a pasar”,
dijo, en conversación con la BBC.
Abihimanyu Agarwal, de India, dijo haber escogido el Reino Unido por su
“renombre mundial” y que nunca pensó en aplicar en otras universidades del
mundo.
Ahora le preocupa que ninguna casa de estudios lo acepte, pues la fecha tope para postularse a cualquier curso “terminó hace mil años”.
Ahora le preocupa que ninguna casa de estudios lo acepte, pues la fecha tope para postularse a cualquier curso “terminó hace mil años”.
“La decisión del UKBA no es una buena señal”, opinó.
Fuente: BBC Mundo
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