terça-feira, 3 de maio de 2016

Sobre la gran migración

Este año más de 300,000 inmigrantes han cruzado ya el Mediterráneo para escapar de sus países en guerra, con la esperanza de hallar una vida mejor en Europa, según datos de la Agencia para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR). Las autoridades europeas se muestran incapaces de resolver una crisis migratoria que ha sido calificada como la peor desde la Segunda Guerra Mundial y que cada día cobra muertes de inmigrantes que perecen en camiones o ahogados en el mar. En medio de dicha crisis, lo que más preocupa para la comunidad internacional es la incapacidad de las autoridades de los países afectados para encontrar una solución. Mientras Europa construye muros para protegerse del flujo migratorio y contempla usar las fuerzas armadas, se suceden a diario noticias sobre la muerte de migrantes que huyen de sus países, devastados por conflictos, sobre todo de Oriente Medio y África del Norte. Algunas cifras: inmigrantes que cruzaron el Mediterráneo en el 2015: más de 300,000; inmigrantes en las fronteras de la Unión Europea (UE) en julio: más de 107,000; muertes de inmigrantes en el 2015: más de 2,500. Aunque la llegada de inmigrantes ha favorecido a algunas economías en el largo plazo (importante fuerza laboral y/o personas cultas que aportan conocimiento y experiencia), la difícil situación económica de Europa desde hace años, propicia hoy riesgos estructurales y fundamentales, como un potencial mayor desempleo y menor crecimiento.
Reacciones internacionales
Hungría levanta su muro. Hungría, país que hace frente al mayor número de inmigrantes, ha decidido construir un muro de 4 metros de altura y 175 kilómetros de longitud para no permitir la entrada de los indocumentados. En julio pasado, el Parlamento lo aprobó en la frontera con Serbia, además de establecer normas más estrictas de solicitud de asilo que permitirán mantener a los refugiados en campamentos; reducir el tiempo de revisión de solicitudes de asilo, y limitar posibilidades de apelación.
Serbia no espera un aumento del flujo. Al igual que Macedonia, Serbia se ha convertido en un país de tránsito para los migrantes, que intentan trasladarse a países más desarrollados. Desde el agosto anterior llegaron a Serbia 23,000 inmigrantes (90,000 desde principios de año), la mayoría ciudadanos de Siria. El ministro serbio de Exteriores, Ivica Dacic, aseguró que el país no va a construir un muro en la frontera con Macedonia para detener la ola de refugiados.
Macedonia, en estado de emergencia. El 20 de agosto del 2015, Macedonia declaró estado de emergencia ante la oleada de migrantes. El gobierno ordenó a la policía y ejército patrullar regiones fronterizas para detener el flujo, registrando enfrentamientos en los que la policía usó gases lacrimógenos. Miles de inmigrantes tratan de viajar en tren desde la zona fronteriza entre Macedonia y Grecia, hasta la frontera serbia, para después llegar a Hungría y entrar a la zona Schengen, el área de libre circulación de personas en Europa. En julio del 2015, alrededor de 39,000 inmigrantes, la mayoría procedentes de Siria, trataron de atravesar Macedonia.
Grecia, entre crisis económica y humanitaria. Según Naciones Unidas, al menos 124,000 personas cruzaron las fronteras marítimas de Grecia en los primeros siete meses del 2015. Un barco griego llegó al puerto de El Pireo, con 2,500 refugiados que habían sido recogidos en cuatro islas del mar Egeo. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, pidió ayuda a los países de la UE para afrontar la crisis migratoria. “Este problema está más allá de las capacidades de Grecia, que está en crisis económica, y al mismo tiempo está viviendo una crisis humanitaria”.
Alemania: sociedad dividida. La llegada masiva de inmigrantes ha dividido a la opinión pública. En la pequeña ciudad alemana de Heidenau, se suscitó un enfrentamiento entre la policía y grupos de extrema derecha. Decenas de personas, resultaron heridas. La renuncia de la mayoría de países de la Unión Europea a acoger el creciente número de inmigrantes que llegan a las fronteras meridionales del continente supone una “gran vergüenza”, declaró Sigmar Gabriel, vicecanciller de Alemania. A su vez, la canciller Angela Merkel dijo que “la inmigración preocupará al país más que la crisis griega y la inestabilidad del euro”.
Francia y el Reino Unido, defendiendo su frontera. A finales de julio del 2015, más de 2,000 inmigrantes ilegales intentaron penetrar en el Eurotúnel, que une Francia con el Reino Unido. Varias personas resultaron heridas al intentar subirse a los trenes y camiones, y los servicios de los trenes sufrieron retrasos. Ambos países instan a la UE a resolver los problemas que están detrás de la crisis migratoria en la ciudad francesa de Calais.
Una “venganza por las guerras”. El flujo migratorio que se ha registrado en estos años se debe, entre otras razones, a las guerras en las que Europa está participando como cómplice de Estados Unidos y de Israel en Oriente Medio, opinan algunos. Otros consideran que en países como Siria, Irak y Eritrea, de donde proceden muchos inmigrantes, “inciden de manera muy directa los intereses económicos de las grandes potencias e influyen razones endogámicas de falta de libertades y, finalmente, una incapacidad de la comunidad internacional de poder encauzar los conflictos en una vía de solución pacífica y democrática”.
Medidas de la UE, en tela de juicio. Países como Austria y Hungría ya contemplan la posibilidad de usar la fuerza militar contra inmigrantes, que a su vez huyen de conflictos armados, cayendo de esa forma en un círculo vicioso.

 El Economista
www.miguelimigrante.blogspot.com

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